LUCHA ACONDICIONADA

Ahora ya nos llega la época de las peleas por la temperatura del aire acondicionado en la oficina.
Hace ya tiempo que leí que en muchos puestos de trabajo, este artilugio provoca disputas entre los compañeros.
Es dificil que todos tengamos una misma temperatura corporal, ya sea por edad, sexo, constitución física, u por otros conceptos, como hormonales, etc. El caso está en que hay personas que siempre tienen mucha calor, y lo ponen a niveles muy bajos, como si tuvieramos el síndrome de yogur, y otros siempre tienen frío, con lo cual es una lucha constante y dificil de cambiar.
En mi caso estoy algo alejada y tengo una ventana a mi ladito, con lo cual prefiero siempre algo de airecito natural, a un chorro de aire frío, cerca de mi cabeza, espalda o cuello.
Recuerdo por veranos anteriores, cuando vamos a trabajar con la clasica camiseta de tirantes, o con faldita y sandalias, y se me congelaban los pies. Para la parte de arriba no hay tanto problema porque siempre tengo alguna chaquetita fina que me dejo en el perchero, como prevenida que soy, pero para los pies tendré que pensar en dejarme unas zapatillas como las de Don Pantuflo.
Aunque si lo explico todo, también en casa tengo problemas con el dichoso aparatito. Ya que mi acompañante de cama (jejeje, me hacía gracia decirlo asi), siempre pasa calor y cuando aprieta el mes de julio y agosto pretende dejarlo puesto toda la noche. Eso si muy flojito, pero yo lo odio porque no me gusta nada.Es cierto que han habido noches que no hemos podido dormir por el calor; mi casa es muy calurosa en verano, pero no se que prefiero si pasar calor, o pasar algo de fresco.
Y aqui si que puedo tener un problema, porque el aire acondicionado me puede salir caro, si es una causa de divorcio.